El frigorífico puede calentarse, sobre todo en verano, y éste es un problema bastante común que puede prevenirse o solucionarse. La reducción de la condensación debida a las altas temperaturas puede ser una de las causas, pero hay otros motivos relacionados con averías, un mal comportamiento o un mantenimiento deficiente de la nevera.
Es importante saber reconocer cuándo se trata de un fenómeno solucionable y cuándo es necesario intervenir para evitar daños en el aparato y derroches de energía en la factura. Veamos cómo orientarse y por qué razones la nevera se calienta.
¿Por qué se recalienta la nevera?
Las principales causas tienen que ver con la temperatura exterior, pero la nevera se calienta también por otros motivos. He aquí algunos de ellos:
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- Mal funcionamiento del termostato: un termostato mal ajustado o defectuoso puede impedir que el frigorífico mantenga la temperatura adecuada. Sustituirlo es una operación sencilla que requiere poco gasto.
- Juntas desgastadas: son de goma y están situadas alrededor de la puerta del frigorífico. Pueden deteriorarse con el tiempo, provocando fugas de aire fresco. Revisar y sustituir las juntas es esencial para un funcionamiento correcto si observas que la nevera se calienta.
- Hielo en el congelador: la acumulación excesiva de hielo puede bloquear el ventilador, impidiendo la correcta circulación del aire frío. Apagar el frigorífico durante 24 horas derretirá el hielo, limpiará el frigorífico (según el mantenimiento rutinario) y restablecerá su funcionamiento.
- Problemas con el motor: no funciona correctamente o está excesivamente caliente. Esto puede indicar averías que requieren la intervención de un técnico.
- Falta de gas refrigerante: puede deberse a fugas u obstrucciones en el circuito. La recarga de gas debe ser realizada periódicamente por personal cualificado.
- Colocación incorrecta y mala ventilación: una nevera mal colocada, cerca de fuentes de calor o sin ventilación adecuada, también puede sobrecalentarse. Por lo tanto, en caso de sobrecalentamiento, es necesario asegurarse de que haya espacio suficiente alrededor del aparato para que circule el aire.
¿Qué hacer si la nevera se calienta?
El tipo de intervención depende de la avería o el problema. Si la nevera se calienta, sobre todo en los laterales, se deben tomar las siguientes medidas:
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- Comprueba la ventilación: asegúrese de que hay espacio suficiente alrededor del aparato para permitir una correcta circulación del aire.
- Limpia los serpentines de condensación: están situados en la parte trasera o debajo del frigorífico, y pueden acumular polvo y suciedad, reduciendo la eficiencia energética, lo que aumenta el esfuerzo y el consumo en la factura de la luz. Deben limpiarse con regularidad, lo que ayuda a mantener el frigorífico fresco.
- Comprueba el estado de las juntas: inspecciona las juntas de la puerta para asegurarte de que están intactas y bien apretadas.
- Descongela el congelador: si hay hielo acumulado y la nevera se calienta, es aconsejable apagar el frigorífico y dejar que se derrita durante 24 horas, dando cobijo a los alimentos frescos. Esta puede ser una buena oportunidad para deshacerse de los alimentos acumulados y en riesgo de caducidad, liberando espacio en el frigorífico.
- Comprueba el termostato: asegúrate de que el termostato está correctamente ajustado y funciona, o sustitúyelo por aparatos digitales precisos y autónomos que ahorren en el consumo.
¿Cómo regular la nevera en verano?
El problema de la nevera que se calienta en verano puede evitarse con un comportamiento saludable y sostenible, o solucionarse con mantenimiento y ajustando la temperatura adecuada. Te contamos cómo hacerlo.
Ajusta la temperatura interior
La temperatura exterior puede influir en el funcionamiento del frigorífico. Para mantener una temperatura óptima, recomendamos ajustar la temperatura interior, bajándola un grado respecto a la temperatura de invierno. Si normalmente está ajustada a 5 grados, debe bajarse a 4 grados.
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Aprovecha las funciones especiales
Los frigoríficos modernos están equipados con ajustes ecológicos y funciones especiales, como el «Superfrío», que puede ayudar a mantener bajas las temperaturas durante los periodos calurosos del año. Otra opción es comprar un nuevo frigorífico no frost o de clase energética superior.
Abre menos el frigorífico
Durante la temporada de calor, hay que abrir el frigorífico sólo cuando sea necesario para evitar que entre demasiado aire caliente del exterior y se estropeen los alimentos.
Adopta normas antidesperdicio y vacía la nevera
Ciertos comportamientos antidesperdicio, como el «juego de la nevera vacía», pueden ayudarte a comer mejor, ahorrar dinero, conservar los nutrientes de los alimentos y mantener la nevera más despejada y menos desordenada. Esto ayuda a que el motor no trabaje en exceso, con lo que circula más aire frío, y evita que se acumulen alimentos que probablemente acaben en la basura.
Mejor disposición de los alimentos en el interior
La colocación de los alimentos, el orden en su interior y su estado también pueden marcar la diferencia a la hora de mantener la temperatura.
Coloca el frigorífico estratégicamente
Debe colocarse lejos de fuentes de calor (por ejemplo, hornos y radiadores), o de rincones de la casa demasiado expuestos al sol o al calor.
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