Responsable de comunicación en Indomio España
El verano es una época perfecta para realizar algunas tareas de mantenimiento de la casa que se descuidan durante el año.
Veamos qué intervenciones son las más adecuadas para la época estival.
El verano es la época ideal para pintar las paredes de tu casa: gracias a la llegada de las altas temperaturas y a las escasas precipitaciones estacionales, el proceso de secado será más fácil y rápido.
Tanto si lo haces por motivos estéticos y para cambiar el estilo de una habitación, como por exigencias de la construcción debido a la necesidad de restaurar la humedad y el moho, puedes renovar fácilmente las paredes de tu casa, repintando la cocina, los dormitorios, el salón o el baño, o incluso las paredes exteriores si vives en una casa de campo.
Si dispones de un sistema de aire acondicionado, sin duda es necesario revisarlo en verano, sobre todo para limpiar los filtros.
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Para los que no lo tienen, puede ser un buen momento para la instalación del sistema de aire acondicionado, para poder utilizarlo cuando lleguen los días más calurosos.
El verano es la estación en la que más se aprovechan los espacios abiertos para pasar el tiempo, relajarse o comer.
Es necesario, por tanto:
Los balcones también se utilizan mucho en verano, por lo que hay que inspeccionarlos y subsanar cualquier desperfecto causado por el frío y la intemperie del invierno, reparando el yeso dañado, impermeabilizando el suelo o sustituyendo las baldosas estropeadas.
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Antes de que lleguen las lluvias y el frío del otoño y el invierno, conviene realizar una inspección a fondo de la cubierta para comprobar el estado del revestimiento impermeabilizante o sustituir las tejas dañadas.
Si tu casa está equipada con una chimenea, el tiro debe limpiarse anualmente, preferiblemente en primavera o verano, para evitar la acumulación de hollín y preservar su capacidad de aspiración.
Es preferible comprobar el funcionamiento de la caldera antes de que llegue la temporada de frío para no llevarse sorpresas desagradables al encender la calefacción y no tener que realizar el mantenimiento precisamente en la época de mayor uso.
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Aprovechando las altas temperaturas y, por tanto, la facilidad con la que se secan las pinturas, es aconsejable repintar las instalaciones y las barandillas, lo que evitará el agrietamiento en la madera y el óxido en vallas y barandillas.
Además de mejorar la estética de la vivienda, la instalación de toldos exteriores es de gran utilidad para proteger las estancias de los rayos solares y evitar su sobrecalentamiento, contribuyendo al aislamiento térmico del edificio.
Las tuberías y grifos situados en el exterior pueden dañarse con las bajas temperaturas invernales, por lo que es aconsejable realizar una revisión exhaustiva para comprobar que no están dañados y repararlos de inmediato si es así.