Responsable de comunicación en Indomio España
Si habitualmente tienes dolores de espalda o simplemente quieres evitarlos y estar cómodo en tu sofá, es importante que tengas varios criterios en cuenta, de la firmeza del material a la forma, el respaldo, los reposabrazos o el uso principal que le vayas a dar. Descubre cómo elegir el sofá más cómodo para la espalda, siguiendo estos consejos.
El primer aspecto a tener en cuenta para elegir el sofá más cómodo para la espalda es el tamaño del respaldo. Si este no es suficientemente alto como para apoyar la cabeza, estarás en tensión y no encontrarás una buena postura sentado correctamente. Tampoco es recomendable pasarse de alto, porque podría quedar demasiado recto, aunque esto se soluciona si es reclinable. En cualquier caso, suele ser más cómodo pasando de alto que quedándonos cortos.
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Lo cierto es que no siempre. Puede ser tentador elegir el sofá más blando de la tienda o estar aferrado a un viejo sofá que parece cómodo porque te atrapa dentro. Pero si te hundes demasiado en él, puedes terminar adoptando posturas que no son buenas para tu espalda.
Puedes elegir un sofá ligeramente blando, pero su estructura debe de ser firme. No es lo mismo que la cobertura superior sea más agradable y sientas que se adapta a tu cuerpo a que los muelles o las lamas de debajo no estén en buen estado. Por tanto, tendrás que encontrar el equilibrio entre firmeza y ccomodidad.
En este punto, es importante saber que no todo el mundo encuentra igual la comodidad ni necesita lo mismo para su cuerpo, por lo que la elección es similar a un colchón: hay unas bases que lo harán bueno, pero después cada persona debe de elegir el suyo propio.
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El siguiente punto a observar es el fondo del sofá, que junto con el alto, determinarán que puedas mantener una buena postura. Lo más adecuado es que, con la espalda apoyada en el respaldo, tus rodillas lleguen hacia el borde del sofá y puedas apoyar los pies en el suelo. Puede que en una casa haya mucha diferencia de alturas y sea difícil llegar a un consenso sobre esto, pero en ese caso habrá que encontrar un término medio o escoger un sofá con asientos extraíbles.
Aunque no es lo ideal para la espalda tumbarse o dormir en el sofá, si sueles hacerlo para, por ejemplo, ver la televisión, presta atención a los reposabrazos. Normalmente cuando probamos un sofá nos fijamos en la sensación sentados, pero si después eres de los que termina echándose la siesta en él, vigila también la altura de los reposabrazos, para que cuello y espalda no sufran al apoyarte.
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Otra opción es elegir un chaise longe, más cómodo para estar tumbado y más aún si su respaldo es reclinable.