Responsable de comunicación en Indomio España
El cultivo del cardo no es del todo sencillo y esto puede desanimar a los principiantes. Además, su sabor amargo lo hace poco popular entre las hortalizas. Sin embargo, el cardo es una verdura rica en propiedades beneficiosas y con múltiples aplicaciones en la cocina.
Descubramos juntos todo lo que hay que saber sobre el cultivo del cardo.
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El cultivo del cardo comienza con la elección del suelo adecuado. Esta planta prefiere áreas soleadas en terrenos bien drenados y ricos en sustancias orgánicas, que deben de labrarse en profundidad, antes de semprar.
Para mejorar la fertilidad, puedes probar a incorporar compost maduro.
Dependiendo del clima de tu zona, puedes plantar el cardo en primavera o al inicio del otoño, plantando las semillas directamente en el campo o comenzando primero en un semillero y trasplantando los brotes más tarde.
Las semillas deben de estar enterradas alrededor de 1 o 2 centímetros de profundidad, manteniendo una distancia de entre 60 y 90 centímetros entre las plantas, ya que los cardos tienen a crecer muy grandes y robustos. Ten en cuenta que esta hortaliza necesita cuidados constantes. El riego es fundamental: el terreno debe de estar siempre húmedo, pero no encharcado.
Durante los periodos de sequía, recuerda regar con regularidad y no descuides el abonado, para favorecer un crecimiento vigoroso.
Si quieres que los tallos del cardo sean más tiernos y menos amargos, debes de proceder con el blanqueo durante el cultivo: unas 3 o 4 semanas antes de la cosecha, ata las hojas juntas y envuelve la planta con papel, paja o cualquier otro material opaco, para resguardarla de la luz.
Comprueba también la posible presencia de parásitos como pulgones y babosas, así como la aparición de enfermedades fúngicas, pero utiliza métodos biológicos para vencerlas, sin recurrir a pesticidas químicos.
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Cosecha los cardos entre el otoño y el inicio del invierno. Corta los tallos por la base, cerca del suelo, con un cuchillo afilado.
Puedes guardar la cosecha en el frigorífico durante unas semanas, o congelarla tras un breve escaldado.
A pesar de su sabor amargo, el cardo tiene muchos usos en la mesa. La parte comestible es el tallo, que hay que cocer durante al menos 30-60 minutos.