En el mismo corazón del Parque Natural, entre Galaroza y La Nava, se encuentra esta preciosa finca de 38,5 has, perfectamente cuidada, donde se ve que la mano de su actual propietario en los últimos 30 años ha empleado tiempo y esfuerzo en mejorar todas sus instalaciones, cuidar y mejorar su arboleda, pendiente de que todos los detalles de la finca estén en perfecto estado de revista.
Con más de 5.000 olivos en producción, dehesa de alcornoques con más de 750 quintales de corcho en la última saca de 2020, dos zonas de castañares, una huerta de casi media hectárea. La finca está dada de alta en agricultura ecológica, está cercada en todo su entorno con mallazo ganadero, con 14 cercados interiores y puntos de agua en todos ellos.
Cuenta con mucha agua, tanto de dos manantiales con los que cuenta con sus respectivas bombas de agua y uno de ellos con alberca o algibe, como con pozo de sondeo también. La finca tiene luz eléctrica, enterrada por toda la finca llegando a diferentes puntos de acceso.
Cuando llegamos a la finca, en uno de los puntos más altos de la Sierra, nos damos cuenta rápidamente que llegamos a lugar especial, ya que la arboleda y las vistas nos dejan ver un paisaje único y diferente. Al llegar a su caserío de reciente construcción y perfectamente ubicado podemos disfrutar de un espacio y unas vistas que nos enamorarán desde el primer momento. Con una entrada cómoda, una piscina bien orientada y su porche ya nos invita a disfrutar del momento sin apenas entrar en la vivienda. Con 300 m2 construidos, cuenta en planta baja con un amplio salón comedor con chimenea y, dándole continuidad en un mismo espacio, a otro nivel, una espaciosa cocina. Todo dispuesto y diseñado para compartir en familia o con amigos de momentos especiales. Dos dormitorios completan la planta baja. Subiendo a la planta superior encontramos otros dos dormitorios y un amplio baño con plato de ducha.
La vivienda tiene posibilidad fácil de ampliación con una construcción anexa que tenemos colindante, donde actualmente se utiliza en planta baja como taller y arriba como almacén, donde se podrían sacar más dormitorios y baños con facilidad.
Bajo la piscina hay construido unos 36 m2 más que podrían convertirse en estudio o apartamento de invitados.
Además, la finca cuenta con 8 casamontes repartidas por toda la finca, de las cuales 5 están restauradas, con acceso rodado y la luz y agua en la puerta de las casas, posibilitando la opción de convertir la finca también en un proyecto turístico con no demasiada inversión.
Una finca, en definitiva, con un potencial interesante, en un estado de mantenimiento como pocas existen y lista para empezar a disfrutar y producir desde el primer instante. Un lujo a su alcance….