La finca rústica se encuentra ubicada en un entorno privilegiado entre Cas Concos y Campos, en un lugar sumamente tranquilo y alejado de cualquier ruido. Con un terreno de 81.000 m2 y una construcción de 562 m2, esta propiedad ofrece la oportunidad de disfrutar de la paz y la privacidad que brinda el campo mallorquín.
Destacando por su estanque artificial, que antiguamente se utilizaba para regar los cultivos de la finca, esta propiedad cuenta con un elemento de gran valor histórico y estético. La construcción, de piedra y con un estilo rústico, podría ser restaurada para resaltar su encanto original y convertirse en un hogar acogedor y lleno de carácter.
Con amplias posibilidades de adaptación y renovación, esta finca rústica ofrece un sinfín de oportunidades para aquellos que buscan un lugar único y especial donde disfrutar de la tranquilidad y la belleza de la naturaleza mallorquina. Un verdadero refugio en medio de la isla, ideal para desconectar del bullicio de la ciudad y conectar con la serenidad del campo.