Ubicada a veinte kilómetros del mar, esta finca rústica se encuentra en una región turística que ha conservado su naturaleza salvaje. Con una superficie de treinta hectáreas, la propiedad ofrece un magnífico edificio original renovado casi por completo, con 700 metros cuadrados habitables y un proyecto de construcción aprobado por el ayuntamiento para "Albergue de Turismo Rural". La cuidadosa restauración ha mantenido el carácter tradicional utilizando materiales nobles y técnicas ancestrales. Además, la finca cuenta con olivos centenarios, almendros y otras especies autóctonas que realzan su belleza natural. Para inversores interesados.