Ubicada en una de las extensiones rurales más imponentes de la comarca, esta finca es un verdadero tesoro situado en una ubicación privilegiada cerca de la ciudad de Girona, en la costa brava. Se extiende majestuosamente sobre 132 hectáreas de terreno que albergan diversas estructuras, entre las cuales destaca una masía que data del siglo XII y una granja (actualmente no operativa). Además, cuenta con 35 hectáreas dedicadas a olivares, cuya producción comercial asciende a unos impresionantes 15.000 litros de aceite de oliva al año. Para garantizar el riego de toda la finca, dispone incluso de un depósito privado con una capacidad de 160.000 m3 de agua.
La residencia principal, con su propia capilla privada, piscina, jardines amurallados y un encantador patio interior, ofrece un escenario idílico. Desde aquí se pueden contemplar vistas panorámicas que abarcan los campos de olivos privados y se extienden hasta los imponentes Pirineos en el horizonte.
Cargada de historia y elegancia, la propiedad combina a la perfección el lujo con la autenticidad. Mientras que la planta baja ha sido renovada con acabados de la más alta calidad, los pisos superiores conservan fielmente el carácter y los elementos arquitectónicos originales, como sus elaboradas pinturas en paredes y techos, junto con numerosos dormitorios y un espectacular vestíbulo.
Además de los olivares, la finca alberga 15 hectáreas de campos de cultivo y aproximadamente 100 hectáreas de exuberante bosque mediterráneo.
Esta propiedad única ofrece una infinidad de posibilidades para potenciales inversores. Su ubicación y características la hacen idónea tanto para una explotación comercial como para convertirla en un lujoso hotel, un exclusivo resort rural o para continuar su legado agrícola.
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