En un sereno paraje situado en el barrio de Cabral, confortablemente distante del bullicio de la ciudad, se eleva esta polivalente casa. La peculiaridad que la conforma son sus tres viviendas independientes que coexisten generando un espacio propio, particular, delimitado por las fronteras de una afable parcela que la preserva del mundo exterior. Por estar construida con el mimo de quién realizó un proyecto personal plenamente vinculado al universo de las emociones, se erige como un hogar a compartir, a disfrutar en un ambiente familiar, genuino. Inmersa en una armónica energía espera un nuevo comienzo, la oportunidad de convertirse en parte fundamental de las personas que la elijan para llenarla de vida e inéditas experiencias.