El Refugio de Jaraíz En el corazón de Jaraíz de la Vera, Marina decidió vender la casa familiar. Con 612 metros cuadrados, 300 dedicados a un frondoso jardín, la propiedad tenía cinco habitaciones, cuatro baños, y una terraza con vistas despejadas a la Sierra de Gredos. La decisión no fue fácil, pero con sus hijos lejos y una oferta de trabajo en Madrid, no tenía alternativa. Laura y Javier, una pareja de la ciudad, buscaban un cambio de vida. Al recorrer la casa, quedaron encantados con la cocina de madera, las habitaciones llenas de recuerdos, y especialmente la terraza. "Es como si la montaña nos abrazara", dijo Laura emocionada. Con lágrimas contenidas, Marina los vio enamorarse del lugar. Sabía que la casa estaba destinada a ser un hogar nuevamente. En pocos días, la pareja compró la propiedad. El día de la mudanza, Marina dejó una carta en la cocina con buenos deseos y una receta de pastel de castañas, confiando en que Laura y Javier llenarían el refugio con nuevos recuerdos. La casa en Jaraíz de la Vera continuaría siendo un hogar, ahora bajo el cuidado de una nueva familia.