Según las escrituras, esta maravillosa finca rodeada de naturaleza mide 18.760m2 pero en realidad se aproxima más a las dos hectáreas. Con buen acceso, vistas espectaculares del monte Jálama, alrededor de 600 olivos centenarios que han llegado a producir hasta 22.000 kilos de aceitunas en un año además de una viña, una casa de aperos, un pozo de 30 metros y cometido del agua del pueblo, y a pocos metros de las famosas piscinas naturales de Carrecía y Jevero, con su chiringuito y su restaurante con terraza. Totalmente cercado por muros y bancales de piedra de granito forrada de musgo de color esmeralda, esta finca es sin duda un lugar mágico que merece la pena conocer.