Auténtica finca rústica a poca distancia del pueblo de Sant Luis. Su ubicación discreta al final de un camino vecinal le otorga privacidad y tranquilidad. Los muros de artesanales conocidos como pared seca envuelven los cercados típicos de la isla conocidos como tanques en contraste con las casas blancas de "mares" con sus techos a dos aguas, con la teja de procedencia árabe, coronada con la cruz invitando a caminantes al reposo y refrigerio por el camino.La vivienda con la distribución tradicional de las cases de payés, ofrece su característico horno, al final de la porchada frontal. Cocina comedor con amplia despensa. Un total de cinco dormitorios y trastero pegado a la casa. Un único baño familiar actualmente suple las necesidades de la vivienda. En la finca existen tres establos independientes todos ellos construidos en piedra seca que ofrecen amplios volúmenes para usos multifunciones. En la actualidad uno de ellos recopila antiguas herramientas y enseres del campo a modo de museo. Un proyecto ideal de reconversión.