Barrio de Vegueta, aristocrático por excelencia, en la zona de palacetes, a dos minutos de La Catedral y plaza Santa Ana. con hoteles boutique. muy bien comunicado.
Este es un valor añadido del inmueble ya que aporta diferenciación, exclusividad, interés y la gran oportunidad de adquirir propiedades de prestigio que permitan obtener excelentes resultados y una rentabilidad asegurada.
Para el sector de la hostelería y el turismo, entre otros, estas propiedades están dotadas de una singularidad diferenciadora, una valor de notoriedad y una llamada de atención de un cliente exclusivo y exquisito que marcará la diferencia entre una tipología de negocio estándar y otro modelo de negocio basado en propiedades declaradas patrimonio de interés histórico-cultural, cuyo objetivo es convertir esos lugares únicos, en elementos integrados en la realidad social ( hoteles, organismos públicos, grupos de empresarios, despachos.. . ).
Datado en 1924, es obra de unos de los arquitectos más importantes y célebres de la época, Eduardo Laforet. Personalidad de indiscutible notoriedad en la historia de la arquitectura canaria.
Compuesto por varias edificaciones, deslumbra el impresionante patio-jardín interior de inconfundible valor vegetal que nos sugiere extraordinaria tranquilidad y nos evoca a tiempos pasados. En torno al mismo, se erigen abundantes recibidores, salones, habitaciones, despachos. Con sus correspondientes baños y aseos completamente reformados y de unas calidades extraordinarias. Además de cocina, solanas, una prodigiosa terraza y un mirador o torreón como muy pocos hay en la isla.
En algunos destaca la originalidad de las vigas de madera y la naturaleza de los materiales utilizados, tales como pisos de hormigón hidráulico, pavimentos de madera, baldosas o mosaicos hidráulicos como revestimiento de los suelos y paredes. Maderas nobles ornamentan tanto el interior como el exterior del Palacete, caracterizado por grandes puertas y ventanal
Uno de los edificios si está amueblado.