Explora la esencia atemporal de Mallorca en esta finca de piedra natural, que se erige como un monumento a la historia de la isla. Remontándose al siglo XVII, esta imponente residencia ha sido restaurada y ampliada con esmero por sus actuales propietarios en el año 2000, manteniendo intactos todos los elementos originales para preservar el auténtico carácter mallorquín.
La distribución interior de la casa principal de dos plantas se despliega con armonía y comodidad. En la planta baja, una entrada acogedora da la bienvenida, seguida de una cocina con área de comedor, una sala de estar con chimenea, despacho, sala de televisión y un comedor separado, todos conectados con el exterior para disfrutar del entorno natural. En la planta superior, se encuentran cuatro dormitorios principales con tres baños así como un amplio apartamento con dos habitaciones, baño, acceso independiente y una amplia terraza que ofrece vistas panorámicas de Santa Margalida y la majestuosa Sierra de Tramuntana.
Además, una casa anexa alberga un estudio, trastero y baño independiente, con el potencial de convertirse en una encantadora residencia para invitados.
El exterior se embellece con una piscina rodeada de terrazas, jardines de árboles frutales y olivos, pista de petanca y una zona de barbacoa, creando un entorno ideal para disfrutar del clima mediterráneo durante todo el año.
Las casa se abastece de agua mediante dos cisternas y está conectada a la red eléctrica y de agua potable.
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