Características básicas • 90 m² construidos • 3 habitaciones • 1 baño • Terraza y balcón • Segunda mano/buen estado • Armarios empotrados Edificio • Planta 1ª exterior • Con ascensor En Altea se diferencian dos zonas: una a las orillas del Mediterráneo y, por otro lado, el casco antiguo. Si nos adentramos en sus calles estrechas y empedradas, iremos dejando a un lado las casas blancas repletas de coloridas flores y abriendo paso a rincones escondidos y miradores, hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Un casco antiguo icónico que respira historia marcada por los musulmanes. Altea es todo un paraíso en pleno Mediterráneo. Solo tienes que recorrer sus más de 6 kilómetros de costa y conocer su gran variedad de playas como L’Olla, Solsida, Cap Negret, Albir, Cala del Mascarat o La Roda. Estas playas se caracterizan por ser de cantos rodados y no de arena e, incluso, algunas de sus calas están bien escondidas entre grandes acantilados. Sin duda, pasar un día en uno de estos rincones es pura magia. Aquí podrás disfrutar del sol, de la brisa mediterránea y de la tranquilidad, ya que no están muy masificadas. Si eres de los que les gustan las aventuras, no pierdas la oportunidad de coger un kayak y remar hasta uno de los grandes tesoros de altea: la isla de la Olleta. Se trata de una isla que se ubica dentro del Parque Natural de Serra Gelada y en la que se han encontrado restos arqueológicos de la época romana. Esta isla no está muy lejos de la costa, por lo que podrás llegar sin ningún problema. Y si eres más de bucear o practicar snorkel, sus aguas cristalinas son ideales para contemplar su maravilloso fondo marino. También hay espacio para la naturaleza. Un buen ejemplo es la Sierra de Bèrnia, cadena montañosa que separa las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baixa y en la que encontramos las ruinas del castillo y un campo de golf. Aquí puedes hacer rutas tan bellas como emocionantes, como son la Ruta de los Arcos o la Ruta del Forat de Bèrnia. Otro paraje natural de gran importancia en la zona es el Parque Natural de la Serra Gelada, con infinitos senderos para amantes de la naturaleza. Al ser un enclave privilegiado, su gastronomía también lo es, ya que fusiona el mar y la huerta. Entre sus platos típicos podemos encontrar arroz a banda, paella con boquerones o arroz del senyoret. No importa si eres de mar o de montaña, en Altea hay un hueco para ti. Saborea el Mediterráneo, toma una foto de su casco antiguo y respira aire puro en los parajes naturales. Altea te espera.