Hay espacios fútiles, vacuos que, cuando te adentras en ellos te dejan impasible, exámine como un verano sin sol; hay espacios bellos como lágrimas de la mañana pero que resultan gélidos; hay espacios orgánicos, honestos, humildemente acogedores; y los hay tremendamente anodinos, que intentan con desesperación disimular su mediocridad... y después, como flotando en la ingravidez de un universo paralelo, hay espacios como este, un rincón privilegiado, ávido de engastarse al alma y quedarse en ella para siempre; fragante, con su aire impregnado de yodo y sal; fecundo, porque muta, porque late, porque sorprende.... Como suspendido en el tiempo, un espacio fugitivo, ignoto, inescrutable, donde la perspectiva resulta un regalo espléndido para los sentidos... Hoy, solamente vendo, la línea del horizonte; vendo, un despertar de sirenas de barcos en una mañana invernal; vendo soledades compartidas brindando con el océano cuando llega el atardecer; vendo un manto de luces incandescentes alfombrando la ciudad;vendo una luna silente rielando sobre el mar; en fin, hoy solamente vendo la quimera de instantes que, en un hogar como este, podrían hacerse realidad.