En la cuarta y quinta planta de un edificio con carácter, este ático dúplex no es para cualquiera. Aquí vienes si sabes lo que quieres: amplitud, terrazas para disfrutar del aire libre y una distribución pensada para que cada rincón tenga sentido. La entrada a la vivienda se encuentra en la quinta planta, donde te recibe un salón comedor amplio, perfecto para reuniones o para no hacer nada (que también se disfruta). Tres habitaciones completan esta planta, junto con una cocina funcional, un baño completo y un vestíbulo que distribuye las estancias. La joya? Una terraza abierta de 50 metros cuadrados. Sí, 50 metros. Bajando las escaleras, llegamos a la cuarta planta, que sigue sorprendiendo: dos dormitorios amplios, cada uno con su propia terraza cerrada (una de 5 metros y otra de 6, ideales para lo que necesites: despacho, zona de relax o incluso un vestidor). Además, tienes otro baño completo, porque aquí no se hacen las cosas a medias. En total, la vivienda cuenta con 156 metros construidos (y 104 útiles), distribuidos para que todo tenga su lugar. Es un hogar hecho para los que quieren vivir a lo grande, con espacio suficiente para trabajar, disfrutar y relajarse sin renunciar a nada. Si buscas algo más que un simple piso, este ático dúplex te está esperando. Pero cuidado, porque cuando lo veas no querrás mirar nada más.